La Educación en los tiempos del Coronavirus

Entrada modificada el 25-3-2020
Aún con los problemas, complicaciones y agobios de las circunstancias actuales, y el desconocimiento o mal funcionamiento de las herramientas digitales ...

¿Os imagináis a un niño o adolescente, ocioso, y encerrado 24 horas al día en un piso?

En estos momentos, en pleno Estado de Alarma por la crisis sanitaria del Coronavirus COVID-19, quería hablaros de como afecta esta crisis a la Educación, desde varias perspectivas.
Intentaré hacer un ejercicios de imparcialidad, aunque comprendo que es bastante complicado, ya que, por un lado, soy profesor de Educación Secundaria, y por otro soy padre de varios niños, escolarizados en varios niveles de enseñanza.

En primer lugar voy a empezar hablando desde el punto de vista del profesorado. Entiendo que mi punto de vista no puedo decir que sea el general, pero sí que creo que es el de muchos compañeros míos.
Creo que es necesario ponerse un poco en la piel de un docente, acostumbrado a su horario rígido, sus clases presenciales, sus exámenes y demás pruebas, y, de repente, en unas horas, resulta que tenemos que quedarnos en casa y seguir con nuestra actividad docente, a distancia. Vamos a echar un vistazo a los nuevos obstáculos a nuestra labor:

  • Trabajo on-line. Algunos docentes no quieren tener ni whatsapp, otros tienen móviles antidiluvianos, otros "no se llevan bien" con los ordenadores, etc. Hay mil circunstancias. También los hay que tienen unas competencias digitales bastante avanzadas. En este escenario, se nos pide que nos busquemos la vida (y una plataforma) para seguir dando clases. ¿Cómo se da clases a distancia?. Un profesor normal no lo ha hecho nunca. ¿Se explica por vídeo-conferencia, en un vídeo, buscamos algún vídeo de YouTube, ... ?, ¿Cómo se gestiona la tarea?, ¿y los exámenes?, etc. Montones de dudas que surgen al hacer algo para lo que no estamos preparados, ni hemos hecho nunca.
  • La Administración. Nos dice que lo hagamos como podamos, aunque nos hace sus recomendaciones, que no son muy realistas. No se crea ni se facilita ningún sistema que nos permita una mejor adaptación a este nuevo desempeño de la tarea docente. Por si fuera poco, debido al uso masivo de los sistemas actuales (Pasen/Séneca, Moodle), estos sistemas muestran un funcionamiento con fallos que hacen dudar de su fiabilidad. A todo esto hay que sumarle los problemas derivados de las propias herramientas digitales usadas (mal funcionamiento o fallos de vídeo-conferencias, etc), y de la propia comunicación (problemas del uso masivo de Internet).
  • Trabajo individual. A la preocupación por el problema sanitario, hay que añadir la incertidumbre de el nuevo modelo de trabajo, gran cantidad de trabajo, no solo por la propia tarea habitual, sino por intentar formarse en un tiempo record (unas horas), establecer un sistema de trabajo adecuado, e intentar vincular a todo el alumnado en ese nuevo sistema.
  • Percepción de las familias. Esto también repercute en la sensación que tienen los decentes de la repercusión de su trabajo. Como os he dicho, también soy padre, y estoy en varios grupos de whatsapp de las clases de mis hijos, y aunque creo que, en general, las familias son conscientes de nuestra situación y nos apoyan, hay grupitos que no entienden bien la situación, o que su problemática actual no se adecua a la solución que se está dando o, símplemente, quieren hacer el chiste fácil, pero hay que ver comentarios y memes que a veces llegan a ser ofensivos.

Vamos a ver ahora el punto de vista de las familias. También aquí hay que decir que cada familia es un mundo, y hay multitud de escenarios y circunstancias. Así están las familias cuyos miembros están todos en confinamiento domiciliario, padres que van a trabajar, padres sanitarios, niños maduros y responsables, o no, etc. Es decir, hay una inmensa diversidad de situaciones que van a hacer que la solución adoptada se adapte o no a ese caso concreto, como pasa, también, con el sistema tradicional de clases, que no todo el alumnado ni las familias se adapta a él.

  • Implicación de las familias. Es fundamental para el éxito del proceso educativo y, generalmente, en circunstancias normales, es necesario que las familias lleven un control del trabajo y las obligaciones de sus vástagos, y sean exigentes con ellos, pero hay familias que no tienen esta actitud, este desapego se va dando poco a poco, siendo mayor en enseñanzas superiores, y ahora se ven en la obligación de continuar con esta labor, sin saber muy bien lo que se está haciendo, ya que si para el profesorado es una nueva forma de realizar la tarea docente, también lo es para las familias, que no tienen claras las cosas.
  • Multitud de actividades. Las familias se quejan mucho de este punto, y no se dan cuenta de que el alumnado pasa diariamente de 5 a 6,5 horas diarias en el centro educativo, y que en esas horas da tiempo a hacer muchas actividades, y a explicar. Es lógico que en casa también se necesite un periodo similar para realizar el trabajo escolar. No se trata de que el niño se levante cuando quiera y vaya haciendo su trabajo a su aire, se trata de que tenga un horario de trabajo, similar al del cole.
  • Multitud de plataformas o sistemas de teletarea. Aunque lo ideal sería una única plataforma, esta no es una situación ideal. Estamos respondiendo, como podemos, a una emergencia, y cada uno lo hace como puede y como sabe.


Conclusión. La solución de seguir dando clases tiene una serie de ventajas e inconvenientes.

  1. Un inconveniente para las familias es que ahora tienen que ejercer más tiempo el "papel del malo", tiene que imponer normas y horarios en una situación complicada; cosa que "antes" era responsabilidad de los docentes durante toda la mañana. Además, hay circunstancias familiares que hacen que esto sea muy complicado.
  2. Una ventaja es que permite establecer un horario, que los hijos se levanten temprano y tengan unas obligaciones. Esto hace que los niños sigan manteniendo unos hábitos saludables.
  3. Otra ventaja es que se sigue desarrollando la formación del alumnado, no se para ni se espera a un futuro incierto (especialmente bueno para el alumnado de bachillerato). Incluso se están desarrollando de forma intensiva habilidades digitales que no se harían en una situación normalizada.
  4. Otra ventaja es que se nos mantiene ocupados, pensando en cosas distintas a la situación actual, o en cosas meramente superficiales.
Sinceramente creo que los docentes, ahora más que nunca, están haciendo una gran labor social. Animo a mis compañeros a seguir con su trabajo, y seguir aprendiendo y mejorando. Ánimo ante esas criticas especialmente negativas.

#EsteVirusLoParamosUnidos

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