Papas arrugás con mojo picón

Después de nuestra reciente visita a Tenerife, tengo clara una cosa: ¡Qué buenas están las papas con mojo!, así que quiero aprender a hacerlas. Me he buscado alguna receta y te lo cuento a continuación.
Antes que nada, comentaros que hay dos tipos de mojo, el mojo picón, o mojo "rojo", y el mojo verde, que lleva cilantro. El cilantro es una planta usada como condimento (como el perejil), que se usa bastante en Canarias, aunque aquí en la península (a excepción de Portugal) no se usa mucho, y a mí no me hace mucha gracia, la verdad, así que me centraré en el mojo picón (el rojo) que es, además, el más conocido.
Empecemos por las papas. Allí hacen las papas con una variedad propia de patata. La verdad es que hay muchas variedades de patatas y que, por sus características, cada una es recomendable para un uso en particular, pero yo utilicé patatas blancas, nuevas y pequeñitas de cualquier tienda.
En una olla eché un litro de agua y, mientras se calentaba, lave todas las patatas que iba a utilizar. Con el agua caliente eché las patatas y la cuarta parte del peso de las patatas, en sal. Así que para un kilo de patata hará falta 250 gramos de sal. A continuación, dejé las patatas a fuego medio y tapada hasta que comprobé que las patatas estaban lo suficientemente blanditas (pinchando con un tenedor).
El siguiente paso fue parar la cocción de las patatas con agua fría y volver a echar las patatas en la misma olla (vacía) con la tapadera puesta y dejarlas a fuego medio o medio-bajo hasta que se arrugaran. Hay que moverlas de vez en cuando (meneando la olla), para que no se quemen.
Las patatas ya están, vamos ahora con el mojo picón. Mientras se estaban cociendo las patatas hice esta salsa.
Puse en el vaso de la batidora una cabeza de ajo, aceite, comino en polvo, pimentón, un poco de vinagre, un poco de pan rallado, un poco de sal y un poco de pimienta recién molida. Las proporciones dependen de tu gusto, de si te gusta más picante (lo normal es echarle una guindilla seca), etc., pero no tiene más.

El resultado, en general, me gustó. Los que probamos el mojo lo vimos parecido al que habíamos probado en Tenerife (color, textura y sabor), pero las papas, como puedes ver, no estaban muy arrugadas y salieron muy saladas, no solo por la piel, sino el interior de la patata.
Prometo volver a intentarlo y si lo mejoro compartiré el posible secreto con vosotros.

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