Doñana

El entorno de Huelva es rico en humedales (marismas) y, entre ellos, destaca el Parque Natural y Nacional de Doñana. Este Parque está formado por unas 108.000 hectáreas de terreno, de las que la mayoría se encuentran situadas en la Provincia de Huelva, quedando en menor medida en Sevilla y Cádiz.
Doñana, además de estar declarado Patrimonio de la Humanidad, por la UNESCO, también es Reserva de la Biosfera, Zona de Especial Importancia para las Aves (ZEPA), Zona de Especial Conservación (ZEC), etc, y su nombre, según algunas fuentes, se debe a Doña Ana de Silva Mendoza, mujer del VII Duque de Medina-Sidonia, y según otras fuentes, a Doña Ana Mallarte, esposa de un antiguo arrendatario de unos pastos del parque.
La visita que hemos realizado, la hicimos desde el lado de Huelva, para lo que hay que ir hasta la conocida aldea de El Rocío, en el municipio de Almonte. La visita puede realizarse tanto en horario de mañana como de tarde. Nosotros la hicimos a mediados de abril y en horario de tarde. Según comento la guía, esta estación, la primavera, es especialmente acertada para realizar la visita, pues, además de "despertarse" la naturaleza "dormida" durante el invierno, están llegando las aves migratorias, que se dedican a la reproducción, por lo que es un momento de gran actividad de éstas.





Nos montamos en un microbus todoterreno, con un chófer y una guía que nos iba contando la historia del parque, así como la vegetación y la fauna. Así íbamos adentrándonos por el parque, por el que pudimos ver la distinta vegetación del parque, formada por pinos, alcornoques y eucalipto. El eucalipto es una especie originaria de Australia y que llegó aquí por la acción humana, pues como es un árbol que necesita mucha agua, las gentes de esta zona lo plantaban para secar la zona de marisma, y así tener más tierra útil, además de disminuir el hábitat del mosquito, paliando así las enfermedades transmitidas por este insecto. Actualmente se están cortando estos árboles para que no ayuden a secar esta importánte zona húmeda.





Seguimos por senderos arenosos del parque hasta llegar a un camino hecho por el ser humano, en medio de la marisma, y por el cual, se podían ver a derecha e izquierda, y al lado del camino, una gran diversidad de aves acuáticas, desde la garza hasta los flamencos.




































































Así llegamos hasta un centro de interpretación del Parque, donde pudimos refrescarnos, aprender más sobre el Parque y ver la vida en una pequeña laguna, junto al centro de interpretación, donde hay un observatorio de pájaros, como se ve en la foto adjunta.



Esta parada era la mitad del recorrido, que duró sobre unas tres horas, así que el microbus desandó lo andado para volver a El Rocío, pero antes, paramos en un claro donde pudimos ver, a lo lejos, y con prismáticos, a algún que otro ciervo.
A la vuelta nos encontramos un regalo. Muy cerca ya de la aldea, varios de los microbuses estaban parados, y nos avisaron por radio que había un lince. Llegamos a tiempo y vimos al lince que se mostraba confiado, e incluso cruzó el camino entre los microbuses, justo por delante del nuestro.
Pinchando en el enlace, puedes ver un vídeo del encuentro con el lince.
  





Recomendaciones:
- Es mejor ir en primavera.
- Llevar ropa y calzado cómodo.
- Llevar gorra y gafas de sol.
- Llevar agua y algún refrigerio o tentempié.
- Te dejan prismáticos..

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