Bacalao dorado, o bacalhau à brás

















Aprovechando que Huelva es provincia fronteriza con el Algarve portugués, vamos a dar una receta típica portuguesa. Ya sabéis que los portugueses son los reyes del bacalao, así que utilizaremos este pescado para elaborar una receta extremadamente sencilla, y con un sabor buenísimo. A vuestros niños les va a gustar, aunque no les guste el pescado.
Las proporciones que se indican son para 3-4 personas.
Cubrimos el fondo de una sartén ancha con aceite de oliva virgen extra, y lo ponemos a fuego medio.
Cortamos una cebolla (por lo menos una) bien grande, lo más fino que seas capaz. Puedes utilizar un utensilio de estos que hay (tampoco hace falta comerse mucho la cabeza), y la incorporamos, con un poquito de sal, dejando el fuego medio, y la sartén tapada.
Controla bien la sal, porque los ingredientes de esta receta suelen ser salados de por sí.
La cebolla debe quedar bien hecha, no hay nada que me guste menos que encontrarme la textura de una cebolla sin hacer en cualquier plato, pero en éste menos. Cuando la cebolla esté bien hecha, con el colorcillo transparente ese que se le pone, la dejamos un poquito más; es que a mí me gusta dorarla un poquito, pero cuidado al dorarla, no vaya a quemarse.
Cuando tenemos la cebolla a punto, echamos el bacalao desmigado (sobre medio kilo). Da igual el tipo de bacalao, puedes desalarlo, comprarlo fresco, o incluso congelado, lo importante es que lo desmigues bien, que lo trocees con el cuchillo en trozos pequeñitos. No es necesarios que agregues mas sal. seguimos dejándolo a fuego medio y tapado, y lo dejamos un par de minutos, en cuanto veamos que el bacalao se rompe fácilmente, añadimos el siguiente ingrediente, que son PATATAS PAJAS.
Las patatas pajas las podemos hacer nosotros mismos, aquí os dejo un enlace a lacocinadelila.com, en la que @LilaBlogger dice cómo, o también las podemos comprar en la tienda, están en casi cualquier tienda, son bolsas, como las de las patatas fritas, sólo que estas son como bastoncitos. Echaremos dos bolsas. Las cantidades que indico están pensadas para 3-4 personas.
Una vez echamos las patatas pajas, dejamos la sartén tapada unos minutillos, los justos para que las patatas pajas recojan la humedad que quedó del suero que suelta el bacalao y se pongan blanditas.
Ahora añadimos media docena de huevos M, y removemos para que nos quede tipo revuelto, que no se queden trozos grandes tipo tortilla. A mí, personalmente, me gusta que el huevo no se cuaje por completo, que quede justo antes de cuajarse del todo, pues está mas jugoso, pero para gustos los colores.
Ya está terminado. Como ves, su apariencia se asemeja a una especie de migas, pero ¡sorpresa!. El acabado de este plato se hace añadiendo un poco de perejil fresco picado muy fino y unas aceitunas negras, pero mi presentación no la he acabado así.

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